Juntos como hermanos

Roberto Carlos está realizando su trabajo misionero en la Parroquia de Kalalé con Luc, un compañero de Costa de Marfil. En estas líneas nos recuerda el valor del trabajo juntos y nos agradece todo lo que desde aquí hacemos para que la misión dé sus frutos.

“Juntos como hermanos, miembros de una iglesia.

Vamos caminando al encuentro del SEÑOR”.

Cuántas veces hemos cantado esta canción en nuestra celebración eucarística, donde expresamos ese deseo de caminar JUNTOS para construir un mundo mejor. Y es gracias a ese “juntos” que podemos descubrir el misterio de las relaciones personales.

Si observamos la naturaleza, nos podemos dar cuenta de la importancia del trabajo en equipo. Es curioso y asombroso ver cómo las hormigas, unos seres tan pequeños, trabajan de una manera organizada y sincronizada. Cada hormiga cumple un papel fundamental dentro de su esquema de organización y, gracias a esa cooperación, pueden realizar sus actividades día a día.

Dentro de lo cotidiano, dentro de nuestros entornos y realidades, podemos encontrar muchos ejemplos donde nos damos cuenta de lo importante y necesario que es trabajar en equipo. El mismo Jesús, cuando fue un peregrino por este mundo, comenzó a llamar a sus discípulos para hacerlos partícipes de su misión y así continuar su obra salvífica en beneficio de toda la humanidad.

Gracias a ese “juntos”, desde la SMA, podemos caminar hacia un mismo sueño que llena de alegría nuestros corazones, y nos motiva, sin importar nuestros errores, dificultades, e incluso nuestras fatigas, a seguir trabajando para aportar un granito de arena a este continente cautivador y mágico que es ÁFRICA.

Desde el frío inclemente hasta el calor fatigante, cuando se realiza la campaña de los calendarios, estamos en ese “juntos”, trabajando

con amor y entusiasmo por estos hermanos africanos que, como nosotros, también caminan hacia ese encuentro con el Señor.

Gracias a vuestras manos, hoy podemos estar presentes en los diferentes lugares de Misión, compartiendo el día a día, descubriendo el rostro de Jesús en cada una de estas personas de diferentes etnias, lenguas y cultura. Gracias a ese “juntos” podemos ver la sonrisa en los niños del internado de Kalalé, en donde hoy tienen la oportunidad de asistir a la escuela. Gracias a ese “juntos”, las mujeres de Gbesasi cuentan hoy con una huerta que les permite trabajar y adquirir algo de dinero para el sustento de su familia. Gracias a ese “juntos”, los jóvenes pueden realizar diferentes actividades en la parroquia que les ayuda a su formación humana y espiritual. Gracias a ese “juntos”, el Señor sigue llamando a misioneros que están dispuestos a dejarlo todo y llegar a los lugares que necesitan la Palabra del Señor.

Sí, queridos amigos, todos estamos en ese “Juntos por la Misión”, dándolo todo y convencidos de que, con nuestros pequeños esfuerzos, podemos dar un poco de alegría y esperanza a cada uno de nuestros hermanos más desfavorecidos y, en muchas ocasiones, rechazados por los demás.

Un abrazo en Cristo Jesús

Roberto Carlos Montalvo, sma

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